Laura Matos

Relaciones Abiertas: ¿Son para Ti?

Las relaciones abiertas han ido ganando cada vez más visibilidad y popularidad en los últimos años. Pero, ¿qué son realmente? ¿Cómo funcionan? Y lo más importante, ¿son adecuadas para ti? Como psicóloga, quiero invitarte a reflexionar de manera abierta y sin prejuicios sobre este tipo de relaciones, que pueden ser una opción válida para algunas personas, siempre que estén construidas sobre la base del respeto, la comunicación y el consentimiento mutuo.

¿Qué es una relación abierta?

Una relación abierta, forma parte de lo que se conoce como relaciones no monógamas. Es aquella en la que los miembros de la pareja permiten tener vínculos emocionales o sexuales con otras personas fuera de la relación principal, de forma consensuada y transparente. Es importante recalcar que no existe una  forma única de vivir una relación abierta; algunas personas buscan solo experiencias sexuales fuera de la pareja, mientras que otras pueden tener vínculos afectivos con más de una persona.

Sin embargo, a pesar de la apertura en cuanto a los términos de la relación, los acuerdos y los límites claros son fundamentales. Lo que diferencia a una relación abierta de una infidelidad es precisamente la honestidad y el consentimiento entre los involucrados.

Mitos sobre las relaciones abiertas

Existen muchos mitos en torno a este tipo de relaciones que a menudo pueden generar confusión o rechazo. Aquí te dejo algunos de los más comunes:

  • «Las relaciones abiertas son para personas que no se comprometen»: No necesariamente. Muchas parejas en relaciones abiertas están profundamente comprometidas la una con la otra y buscan, de manera consensuada, experimentar y explorar fuera de los límites de la relación tradicional.

  • «Si estás en una relación abierta, no quieres a tu pareja»: El amor no es un recurso limitado. Algunas personas sienten que pueden tener múltiples relaciones afectivas sin que esto disminuya su amor por su pareja principal.

  • «Las relaciones abiertas siempre terminan mal»: Como cualquier relación, las relaciones abiertas pueden funcionar o no, dependiendo de la comunicación, los acuerdos, las necesidades y las expectativas de cada miembro. No hay garantías de éxito ni fracaso, pero con trabajo emocional y respeto, muchas parejas lo manejan de manera saludable.

¿Es una opción válida para ti?

Abrir la relación puede ser una opción válida, pero no es para todo el mundo. Aquí te dejo algunas preguntas clave que podrías hacerte si estás considerando esta posibilidad:

  • ¿Tienes una buena comunicación con tu pareja?: Una relación abierta requiere un nivel elevado de comunicación y confianza. No se trata solo de permitir experiencias externas, sino de compartir y hablar sobre los sentimientos que estas pueden generar.

  • ¿Estás emocionalmente preparado para lidiar con los celos?: El manejo de los celos es uno de los grandes desafíos. Sentir celos es normal, pero la manera en la que los proceses marcará la diferencia entre una experiencia enriquecedora o una fuente de conflicto.

  • ¿Ambos están de acuerdo?: Una relación abierta solo puede funcionar si ambas partes están plenamente de acuerdo y dispuestas a explorar este camino. Si uno de los dos lo hace por presión o para «salvar» la relación, es probable que termine generando más problemas que soluciones.

La importancia de los límites y el respeto

Si decides explorar una relación abierta, es crucial que ambos establezcan límites claros y que estos sean respetados. Cada relación es diferente, y lo que funcione para una pareja no necesariamente funcionará para otra. Algunas parejas, por ejemplo, pueden sentirse cómodas compartiendo detalles sobre sus experiencias con otros, mientras que otras prefieren mantener esas situaciones de forma más privada.

El respeto a los acuerdos es esencial para que este tipo de relación no dañe la conexión emocional entre los miembros de la pareja. Es igualmente importante recordar que estos acuerdos no son fijos; pueden ajustarse y cambiar con el tiempo, según las necesidades y deseos de ambos.

Reflexión final

Las relaciones abiertas no son ni mejores ni peores que las relaciones monógamas, simplemente son diferentes. Lo importante es que, si decides explorar esta opción, lo hagas desde un lugar de honestidad, respeto y, sobre todo, comunicación.

Recuerda: cada relación es única, y lo más importante es que funcione para ti y tu pareja, sin importar las normas sociales o las expectativas ajenas. ¡El amor, en todas sus formas, es válido cuando se construye sobre el respeto y el consenso!

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